Un fin de semana espléndido. Estábamos los justos (los pecadores no vinieron): Mauricio, Rafa y yo. Mauri se olvidó las raquetas en Zafra, así que desarmado hubo que dejarle una HEAD RADICAL último modelo a la que se hizo de inmediato. Quiso comprarla pero no hay color. Rafa jugó con sus Radical de siempre. Para ganarnos le basta aunque, como siempre también, pierde la chaveta cuando va perdiendo y le echa la culpa al compañero, a la raqueta, a la espalda, a las cervicales, al tiempo, al viento, al sueño, y a un tío con dos perros que pasaba por la calle. Lo de siempre...
El sábado jugamos una pachanguita típica. Estuvo bien. Pero el domingo (sin viento alguno), Rafa y yo jugamos tres set de individuales hasta que a Don Mauricio le dio por venir. Luego echamos tres set Rafa y yo contra Mauri. Y al final Mauricio y yo echamos un último individual. ¡Una pasada! Tres horas bien invertidas en las que se echó en falta un buen ojo de Halcón o que Mauri se opere de nuevo de la vista y Rafa aprenda de nuevo a contar, por lo menos hasta seis sin comerse un juego entero de vez en cuando. De todas formas está intratable. Este fin de semana tenía las pilas nuevas.
Yo he vuelto a mis raquetas americanas y esta noche me acostaré rememorando los revés que he dado y algún que otro drive. Los resultados no los expreso porque viene en la prensa deportiva y en los resúmenes que da televisión, en 24 horas.
Ahora mismo, ya en Sevilla, apenas me puedo mover... Pero feliz como un cochino en un charco.
Teo: la que te espera.
Camilo bajó los dos días a vernos, pero no pasa de la verja. Da una penita....
