¡Por fin los de Las Pistas Azules y el corazón en Mariola aterrizamos en las Pistas Oficiales de nuestra Mariola Beach Club. Casi seis meses sin pisarlas, sin ver cómo siguen creciendo las malas yerbas en ellas, sin disfrutar del lanzamiento de bolas viejas a Miguel Ángel Sol, sin dejarse medias suelas en los desniveles de la Pistas 2, sin respirar el maravilloso aire de la playa cercana, sin ese aliciente añadido de las terrazas llenas de curiosos, pensando de nosotros sabe Dios qué; un qué que, por otra parte, nos trae al fresco; sin comprobar los avances tenísticos de los que se quedaron anclados en el siglo XX.
Han sido tres días respetados por la lluvia, como debe ser.
Un jueves Santo en el que, por la tarde, tuvimos la alegría de abrazar a Rafa y a Camilo formando pareja contra Eliseo y el Cojo de Lolo (cojo auténtico por culpa de una rotura fibrilar del gemelo izquierdo), cojera que no me impidió pasar un buen rato con los amigos y su mala leche haciéndome dejadas a las que no podía ir.
Un viernes donde la lluvia nos respetó una hora y media. Eliseo y Rafa contra Mauri y El Cojo. Y un sábado de auténtica primavera, donde repetimos el partido anterior con la diferencia de que me tiraron alguna que otra bola y les ganamos el último set por un rotundo 8-6. Ya sabéis lo que eso significa.
También hubo billar clásico en el que, tras seis meses de no coger el taco, les gané una partida a Rafa y Juan-el-penas. Y hubo pescaito en Punta (pedazos de chocos al trasmayo, a la plancha), y pasteles y horas de buena y entrañable amistad.
También hubo momentos para echar de menos a Fede, a José, a Teo, a Antoñito el poeta, a Rafa Canto, a Eduardo, a Juan Carlos, a Monis y demás compañeros mártires. Por cierto Manolo Iglesias se ha prejubilado y está feliz con sus carreras, su aire libre y su tiempo. Bienvenido al Club del Ocio Productivo.
