
El Domingo: 6-3, 6-4, 6-4 para Rafa y 5-7 para mí. Rafa hecho polvo. Yo sin empezar a sudar. Eso ocurre por jugar contra un Máquina de casi 64 años.
¡Eso sí, los dos, supercontentos! Y Camilo, recuperándose, con los ojos fuera de las órbitas de ver cómo jugamos ya a nivel TOP Ten.
Ahí queda eso. Las fotos lo dicen todo.
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