Tras esperar tres años que Teo me concediera jugar contra él en individuales, al fin esta mañana de domingo (recordar la fecha: 20/09/2009), hemos jugado. El primer set lo ganó Teo por 6-2. Se vio campeón y, en el descanso, me dijo: "esto es psicológico, chaval". ¿Cómo me podía estar pasando algo así? En el segundo set se puso 4-1, los ojillos le brillaban, la euforia le salía por los poros. Pero ahí, justo ahí, terminó su alegría. Le gané el set 7-5. De repente me encontré a gusto en la pista y Teo dejó de existir. Mis tres años de duro entrenamiento salieron por mi raqueta a borbotones. Le jugaba corto, con dejadas y, cuando se confiaba, le lanzaba golpes largos, abatiendo todas sus defensas. Le gané el segundo y al cruzarnos, le dije: "esto es algo psicológico, chaval", pero vi en su acalorado rostro que ya no estaba para bromas. ¿Cómo se le había podido escapar el set -se estaría preguntando? El tercer set lo empecé con un 2-0. Luego llegamos al 5-5 en un esfuerzo extenuante (por su parte) y se terminó. Le gané los dos siguientes juegos. Total: 7-5. Mi victoria contra su depurada técnica ya era un hecho que queda registrado para la eternidad.
No sé si le daré la revancha un año de estos. Total ya he cumplido los 64 años y dos meses. Y esta puede ser mi culminación con él.
Y digo con él porque en el desempate con Juan Carlos, el sábado, le gané 6-1, 2-1 y sólo nos separan venticuatro años. Rafa le ganó a Juan Carlos y a Teo, Juan Carlos empató con Teo y yo perdí con Rafa porque no puedo ganarlo todo, logicamente.
En resumen, un buen fin de semana con algún que otro espía escondido entre las columnas de los bajos para darle salsa al viento.
Recordad la fecha 20.09/2009 (¿captáis la correlación de números?), Manuel vence a Teo, vence a Teo, vence a Teo, vence a Teoooooooooooooooooooooo
Nos vemos.
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