domingo, 31 de agosto de 2008

ENTREGA DE TROFEOS DEL 18 OPEN DE TENIS









Nadie nos quitará la alegría que reflejan estas fotos. Un final de verano, un buen rato con los amigos, un montón de frases sobre lo maravillosos que somos jugando al tenis pimponeta, las lecciones de Richard, los discursos improvisados, llenos de ternura incluso en el caso de Teo, el ardor fotográfico de Camilo, el tinto con casera de Juan Carlos, la sonrisa sana de José Manuel Ramos, la mirada irónica de José Manuel Monís, las prisas de Javier, las sentencias de Evaristo, la retranca de Eliseo, los gritos de Rafa y el hueco de los que no pudieron asistir. Nuestras mujeres y sus infinitos reproches por dejarlas solas para combatir en las pistas, su benevolencia, sus miradas ("son como niños"), y esa comida improvisada, un todo revuelto, inmejorable. Un grupo, una isla bendita en medio de un mar de tinieblas. Una vez más, y van 18, nos recordaremos todos.

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