domingo, 19 de junio de 2011

NUEVA PISTAS, NUEVOS SUEÑOS, NUEVOS RETOS




Por una vez y sin que sirva de procedente, las pistas se abrieron a las siete y media de la mañana. Cinco horas de esfuerzo, de camaradería, de chistes malos, de hermandad. y por fin las dos pistas de Mariola han quedado para estrenarlas de nuevo. Preciosas, perfectas, compactas, a la espera de esos maravillosos drives, revés, dejadas, saques a 60 km/h., y estupendos cabreos por falta de un ojo de halcón que dilucide si Rafa ha dado dentro o fuera.
Mejor no se podían pintar; con más buen ánimo tampoco, con mayor entusiasmo imposible.
Esta vez hemos sido ocho los operarios. Paco Barral, Curro Bellido, Camilo Moreno, José Manuel Monís, José Manuel Ramos, Manolo Salado, Juan Carlos Martín, y Rafa García.

Cada uno con su particular arte habilidad:
Barral, apodado a partir de ahora El Tiralíneas.
Curro, el rulo cruzado de carreras descapotable.
Camilo, el que más calvas deja aunque es un máquina.
Monís, el rectilíneo, marca su territorio a pintar y hasta la última gota sin salirse de ruta.
Ramos, ¡qué buena gente es Ramos! Si no tardara tanto en sacar...
Salado, el exclusivo, el del palo rojo (ahora lo cuento)
Juan Carlos, el que desayuna cada quince minutos y nos mata los jugos gástricos.
Rafa, el manco, el callaito, el maestro, el único. No lo paran ni con cadenas.
Y Mary Carmen, no me olvido de nuestra suministradora de café con pastas y fotógrafa Oficial.

Lo hemos pasado bien. La otra pista nos costó ocho horas, en dos días. Ésta la hemos hecho en cinco horas. Se ha notado la presencia de Curro y la falta de Javier...
Este verano tendremos nuestro 21 Open de Tenis Particular con randomice y testigos de los que se pueda fiar Teo. Por cierto Teo: todos apostaban a que no te veíamos con un rulo en la mano. Seguro que hay una buena razón para ello. Pero, en justicia, nos debes a cada uno un bote de bolas Dulomp Fort con caja de lata.

Y la anécdota: esta mañana llegué con un palo para rulo, con cabecera roja (una preciosidad), comprado por 7 euros en Carrefour. Y estuve durante todos los preparativos, venga a decir conforme llegaban los colegas: -Ojo que el palo rojo es mío.
Todos, prudentes, callaban y cogían un palo de los proporcionados por el Administrador, vulgares palos de cabeza negra. A la hora de estar pintando, el palo rojo se fue a hacer puñetas de lo malo que era. Y todos empezaron a decir: -Ojo que el palo rojo es de Manolo...
Sin comentarios.

Y por último felicitarnos a todos por el trabajo bien hecho.
Hemos revalorizado el valor (¡?), de la propiedad de los 139 propietarios, incluidos los que no juegan al tenis, los que nunca han jugado, los que critican fervientemente a los pocos que hacemos algo por los demás (y por uno mismo) y la Comisión Constitucional Normativa de los que jamás han cogido una raqueta, ni siquiera por el mango.
¡Me pido la pista 1! para todo el verano.