¡Vaya Navidad! El pasado domingo José y Eliseo nos dieron para el pelo. José hizo un gran partido, tras no jugar en casi un mes o más Consiguió darle a la bola con los cantos y el antivibrador medio millón de veces haciendo tantos imposibles de coger. El día que le de con las cuerdas pasa a la ATP directamente. Su compi Eliseo apenas falló una bola y fue tan agresivo como de costumbre. Feo pero superagresivo. Mi compañero, si digo la verdad me entra la risa, un desastre los dos set de enmedio. Está empeñado en que el rol combativo es suyo y me quita todas las bolas que vienen para mi campo. Si al menos sus golpes fueran definitivos tendría un pase, pero se limita a pegarle y ya está. Claro los contrarios le tiran el 85% de las bolas a él. Al final le hice comprender que su revés es mejor que el mío, cambiamos de posición y ganamos el último set, como mandan los cánones.
Y hoy miércoles ¿de ceniza? Mister Rafa Canto ha jugado completamente dopado. Y si no, díganme ustedes como se puede llegar a cinco o seis dejadas de las mías (que no levantan del suelo 3 centímetros), y devolver pasando la red y colocándolas. Lo de menos es que llegue a todo (eso también lo hago yo), sino que en un 80% de los casos se limita a devolverla (hoy, además, fuerte), y te obliga a atacar siete veces cada punto hasta que mandas la bola a hacer puñetas. Llega un momento que ya todo te da igual porque no hay resquicio alguno en su defensa salvo algunos pocos golpes que tienes que darle como Federer para hacerle el punto. Y se los he hecho. Y no me ha servido de nada. Así que he despedido a mi entrenador y ando buscando otro; uno que no sea de este planeta.
Y por supuesto, exijo un control antidoping YA.
