domingo, 26 de septiembre de 2010

DOMINGO ÉPICO

Empezaré la crónica al revés:
DOMINGO 26 de Septiembre del 2010. El verano se apaga en Mariola Playa pero el Club de Tenis causa furor en unas pistas aún sin pintar. Dos individuales para que Curro no se aburra. Primera Ronda: Rafa contra Manuel con el resultado descrito en la imagen. Teo le gana a Curro lo que le produce la ÚNICA satisfacción del verano. El hombre se siente contento, lleno de energía. Mira a Manuel como el que mira a un langostino tigre bien cocido. Lo reta. Y Manuel le pega un 6-1 con un juego impresionante: revés paralelos imposibles de coger, golpes ganadores tras intercambios de al menos seis bolas, drives incongibles y alguna que otra dejada, de las que a Teo le gustan porque le dan pie a decir tacos. Acabado el set, aún queda tiempo para la siguiente ronda con Curro y Rafa. Teo me reta a "algunos juegos". Me gana el primero. La comisura de los labios se le afila Le gano el segundo y pretendo dejarlo así, pero me grita que ni hablar, que aunque los otros hayan terminado, 6-2 para Curro, hay que jugar el tercero y definitivo. Sonrío mirando mi espléndida raqueta recién encordada con 24/25 kilos. Lo jugamos y, resultado lógico, se lo gano. ¡Yhaaaaaaaaaa! Ya he perdido la cuenta de los partidos que le llevo ganados en estos dos últimos años.
Luego Rafa juega contra Teo. Hay bronca. Mira que es difícil ver a Teo cabreado en una pista. Pues eso. Rafa le gana 6-4 y al final un abrazo; cosas del juego que nunca deben ocurrir. Curro me gana 6-3
Al final un set de dobles Curro y Teo contra Rafa y yo. Se ponen 4-2. Teo juega con la gorra de "Huracán Teo" y sonríe. Nos ponemos 6-6 y, cuando va a empezar el tie-breack, aparece en la calle la mujer de Rafa, Pepi, con los brazos en jarrás, el coche al relentí y la mirada de "cruela de vil". A Rafa la varonía se le baja a los talones. Hace media hora que tenía el toque de queda. Abandona el partido corriendo que se las pela y Teo aprovecha su tremendo cansancio para decir: "abandono, partido perdido".
SÁBADO: La repera.
Teo se asoma a la terraza a las nueve y ve a Manuel haciendo sus ejercicios espirituales. Piensa que se va a quedar sin pista y sale corriendo. En su precipitación lógica (ya suenan los pasos de varios jugadores más), se deja las llaves del apartamento dentro. ¡La leche! Las llaves del coche, el móvil, los donuts... ¡Vaya mañanita que nos dio! Interrumpimos el partido (con Barral y Rafa), catorce veces o más... Llamamos a Mc Gyber, alias Camilo, que se inventó alguna que otra forma de abrir la puerta en plan pescador con tanza. Inútil. Lo intentamos con una tarjeta de UGT (por aquello de la huelga) y otra de Ikea; luego con una radiografía de torax que nos proporcionó Lola, la mujer de Curro. Un rollo lo de las películas. La puerta ni caso. Incluso llamamos al timbre por si había algún fantasma dentro (de los muchos que hay en la urbanización), pero suelen estar sólo en el mes de Agosto. Al final, May tuvo que ir a buscar el teléfono de un cerrajero y, previo pago de 50 euros, abrió la puerta exactamente igual que nosotros lo habíamos intentado pero con un truco que no diré, por ruidoso, y para que nadie aprenda cosas malas.
Total el partido un churro.
La playa, los dos días, magnífica; apenas una docena de personas de las que no se pegan a la sombrilla de nadie. Incluso vi a una mujer leyendo la última novela de Almudena Grande. Pobrecita.
Una cita de la escuela Pitagórica que me ha llamado la atención: entre los seres humanos los hay sabios y necios; y entre los necios no hay diferencias. ¿Buena, verdad? La copió la escritora antes mencionada en otra novela de hace varios años.
Nos vemos