Uno de esos partidos dignos de haberse grabado. Un primer set que ha durado una hora. Primero se pusieron ellos 3-1; luego nos colocamos nosotros 5-3; y al fin llegamos al teabreak. Una enorme cantidad de golpes por ambas partes a cual más difícil de coger que se respondían una y otra vez hasta el cansancio. Teo magnífico, llegando a bolas que antes no solía alcanzar. Eliseo con una velocidad de piernas que parecían no ser las suyas de siempre. Rafa Canto dando fe de su apodo de Alien con Patas Largas, llegando a lo inverosímil y devolviendo absolutamente todo. Y Yo dando lo mejor de mi mismo en cada golpe, con reveses al fondo de la pista que desmadejaban a Teo y alguna volea cortada (la única que he hecho en el partido), de fantasía.
En el segundo set ellos tuvieron más suerte y, cuando íbamos ganándole el tercero, Rafa se tuvo que ir.
Nos quedamos los tres. Yo solito contra ellos. Y entonces les demostré lo que es jugar al tenis. ¡Madree qué golpes he dado de revés y drive! Además los muy mamondrines me han hecho correr de esquina a esquina, sorprendidos de mi vuelo por la pista. Al final decidieron abandonar antes de perder con un jugador de 71 años, y cuatro meses menos seis días.
Las fotos no corresponden al partido. Yo he estrenado la gorra que me dedicó Rafa Nadal este verano, gracias a mi entreñable compañero de Colegio, residente en Mallorca, vieja leyenda del tenis melillense, Fernando Cabanillas.
