Gran Cena de Amistad en honor de Andrés Olaegui al que todos echamos de menos. Fue un reencuentro emocionado entre bastante ruido. El fotógrafo muy malo. La cena con mucho pescaito frito y cerveza.
Acudieron casi todos los Famosos de Mariola: José Manuel Monís negro como el carbón y Sra., Manuel Iglesias el que plantó la silla de árbitro más inútil del mundo y Sra., Richard-number-one y su hija, Juan Carlos Martín pie-roto, y Sra., Camilo Moreno anfitrión al que van a echar del Naútico después de lo de anoche y Sra., Paco Barral con la melena revuelta, en solitario, Manuel Salado y Sra., Rafa-el-Rafa-bola-dentro-bola-fuera y Sra., Mauricio operado de miopía hace años (por si no lo sabéis) y Sra., Curro Bellido que ha perdido quince quilos sabe Dios dónde y Sra., José María Bonilla saque-zurdo y Sra., y el homenajeado Andrés y su silla con alas.
La cena transcurrió entre un Richard (al que una camarera derramó, en los pantalones de Loewe, el líquido de los langostinos y una señora de mesa vecina le llamó la atención por su escasa sensibilidad ante la música ronronera) y una serie de canciones moñas, de los años cincuenta y sesenta, que todos coreamos como desesperados. Se escuchó algún que otro grito de ¡Franco, Franco! Un desmadre auténtico. No sé como Camilo se va a atrever a regresar al club. Mauricio estuvo sembrao a partir de la cuarta cerveza con alcohol. Y Rafa como una moto, haciendo avioncitos de papel (en competencia de Salado) y haciéndolos volar a porrazos con el público asistente al que golpeó con uno de ellos.
Se le hizo entrega a Andrés, de parte de todos, de un álbum con fotos de los últimos 20 años del Trofeo de Tenis Mariola Playa. Emotivo.
Al final, tras unos besos en la boca, con lengua, estilo gay democrático, de Rafa a Andrés, algunos nos fuimos a Marlín a tomarnos unas copas hasta las tres y media de la madrugada.
¡Que se repita, a ser posible sin beso!
