La mañana estaba nublada. Las Pistas Azules estaban perfectas. Pero sólo nos encontramos allí José con su nueva raqueta, recién encordada con Tecnifibre X One BiPhase (las cuerdas que utiliza Djokovic), Teo con nuevo chandals negro y yo con iguales cuerdas que José en mi Babolat Pure Strike Killer. Mientras llegaba alguien echamos un americano en el que yo gané contra ellos dos por 2-0 y Teo ganó por 2-1. ¡Yo Campeón! Llamé a Antonio a las 10:15 y el tío se estaba vistiendo. ¡Este no cambia ni desplazándolo e invitándole! Llegó a las 10:30, tras perderse dos veces por el camino. Es que no se les puede sacar de la Plaza de las Monjas. Y empezó el partido. José magnífico. Empieza a asentarse en la categoría de "lo devuelve todo". Teo hoy mejor corremos un tupido velo. Creo que chandals nuevo no le ha sentado bien y además Antonio lo pone a cien. Antoñete ha perdido mucho desde que se quedó campeón de Mariola hace ya dos años. La volea un churro, el saque de primero de básica. Eso sí, llega a todas y las devuelve como ya sabéis: bolitas arriba, cortaditas, etc. Y yo a poco me salgo de bueno. Creo que he hecho la mejor jugada de mi vida: José ataca la red y lanza un drive criminal hacia Teo, veo que mi compañero se queda parado (como casi siempre), me alargo, corro, lego y la devuelvo. Pero José ya en la red me dispara una volea al fondo, fuerte y a la línea, la devuelvo con un revés casi imposible, José me ataca de nuevo con otra volea, pongo la raqueta casi en el suelo y de un bote pronto sale la bola hacia su derecha, pegada a la red y en la linea lateral, imposible de coger. Todo eso en segundo y medio. ¡Genial! Aplausos del respetable.
Y al final, con un marcador adverso, Teo y yo, con saque de Teo, ganamos el último punto. Así que el partido fue de ellos pero, al final, ganamos nosotros. Parece un galimatías pero es real como la vida misma.
Llego a casa y me llama Antonio. Se había dejado la raqueta en la pista. Eso no le ocurre ni al que asó la manteca pero es que Antoñito es así.
