Por fin empieza la temporada de Las Azules. Esta mañana ha sido una gozada verme allí sin que Los Mariolos me obliguen a jugar "dobles". Un individual a cara de perro contra Juan Martín que venía con muchas ganas. No puedo decir que haya sido un partido para seleccionarlo pero hemos combatido bien los dos. Juan llega a casi todas las bolas y las devuelve con peligrosidad; es capaz de sorprenderte con reveses y drives paralelos. Afortunadamente no le han entrado todos los primeros saques a más de 200 Km/h, aunque en uno en concreto me quitó la raqueta de la mano.
Creo que tenemos muchos partidos por delante, juntos. A ser posible con menos calor y humedad que hoy.
El lunes le toca pasar por taquilla a José. Ya veremos, tras la paliza que me dio este verano, la de ceros que soy capaz de hacerle. Saldré rabioso para que Teo tenga que callarse una larga temporada, aunque eso entra dentro del apartado de los milagros del tenis.
