domingo, 30 de abril de 2017

PURA ATP NIVEL ALTO

Un partido de tan buen nivel como ya había predicho las crónica deportivas. Cuatro números uno en pista para un encuentro duro donde los haya. Antonio Carvajal (Campeón del Open de Tenis Mariola Playa 2016) y jugador noble en la pista como pocos, junto a Rafa Canto (que tiene el mismo ranking en la ATP que Rafa Nadal devolviendo bolas imposibles. Ya quisiera Trump tener un muro como éste en frente), contra Alberto Carvajal (jugador de Escuela de Alto Rendimiento, poderoso drive, gran revés y un saque de escádalo. Eso sí, una flema inglesa que impresiona) y Pocho Salado (apodado El Maestro, El Líder. Lolo el Increible, con más horas de tenis que Ivan Lendl o que las líneas del Real Club de Tenis de Huelva) Empezaron ellos, Antonio y Rafa, ganando el primer set y sonriendo en los cruces en plan Primer Nivel miran a enanos que cruzan. La verdad es que Alberto y yo estábamos un tanto pesados. Pero despertamos en el segundo para devolverle el 6-3 del primero. ¡Qué manera de jugar! ¡Qué pasing le hice a Antonio y a Rafa!, siempre buscando el sitio que más daño puede hacer al contrario y mi compi Alberto hecho un mago en la volea y a trallazo limpio. Ya no miraban igual que antes los pajaritos de enfrente. Y llegó el tercer set y se pusieron 3-0. Pero como dice el Gran Fede: "yo jamás he perdido un partido que fuera 3-0 por abajo", y remontamos. La cosa se puso muy dura. Los cuatro jugando en la red, atrás, en los laterales..., procurando meter todas las bolas. Nos pusimos 6-5 para nostros, pero Rafa Canto consiguió empatar con su saque. Empezó el teabreak. Sacó Alberto y ganó su saque. Y en ese justo momento nos echaron de la pista los que la tenían alquilada para esa hora.
Que los "Sabios MariolosSol" y mi queridísimo amigo Fernando Cabanillas juzguen quién ganó el encuentro. Nosotros cuatro lo dimos por empatados.
Sevilla está en Feria de Abril. Nosotros volveremos a jugar el próximo miércoles y, tras el partido, este que escribe y su amor se irán a la playa a hacer el amor. Espero encontrar allí rivales dignos de mis Babolat Pure Drive.