Hemos celebrado el cumpleaños de José ganándoles el partido. Aunque en el cuarto set los hemos dejado encender tres velas y media. La mañana espléndida, la pista seca. Pero lo cierto es que, tras quince días sin jugar, mi raqueta y la de Teo eran dos Colt 45 de alta precisión. Y ellos han estado despistados los tres primeros set. Paco venía de una lesión, cuando quiso entrar en la pistas de padel por una de las paredes. Y hasta el cuarto set ha estado paseándose por la línea de fondo. José ha jugado muy bien los dos últimos set pero al principio estaba distraido pensando en la pala de padel que le acabo de regalar. ¡Pobre Ignacio cuando lo cojamos entre los dos! Teo tan agresivo como siempre. Ya formamos una pareja bien equilibrada, sin perder un partido ahora que Eli se ha retirado temporalmente. Creo que la estrella ha sido mi revés cortado, un cañón filoso. También a destacar algunos drives de José y su valentía atacando sin miedo las bolas cortas.
Les daremos la revancha el próximo domingo. Y el sábado, si hace buen día, algunos iremos a Mariola a dar una vuelta y un abrazo fuerte a Rafa, ganándole por supuesto en aquellas legendarias pistas.
