Por fin encontramos la solución a los días de lluvia en la Pistas Azules. ¡El Padel! Esas pistas no resbalan y es hasta divertido jugar a este jueguecito de niños. La verdad, como primera experiencia, no podía haber ido mejor. Tanto Antonio como Eduardo ya eran expertos pero cuando pasan los primeros diez minutos y se entera uno de las normas y, sobre todo, que la raqueta tiene una cuarta menos de largo que la del tenis, se nota que los cortados aqui son una maravilla.
No quiero extenderme mucho pero a parte de ganar, le hemos metido un 6-0, en uno de los set. Antonio juega bastante bien y esto promete.
El domingo tenemos tenis del bueno con Barral/José y Teo/yo. Y su llueve, ¡Padel! Ya hay quien nos ha retado por esos mundos...
