Tenía que ser en la mañana de Nochebuena cuando impusiera mi killer raqueta ante las huestes de Rafa Canto. Con una humedad del 100% en las pistas para los dos. Uno de mis mejores partidos individual del año ahora que se acaba éste. Uno de esos días en que la raqueta forma parte de tu brazo y el brazo forma parte de tu cerebro. Un primer set bastante igualado que acabé ganando gracias a la confianza que ya tengo con la Wilson Blade 98. Un segundo set en el que Rafa se puso 5-0. Saqué yo y conseguí el uno. Rafa espléndido y yo cometiendo errores no forzados suficientes para perder el set. Empezaba el definitivo. Rafa se resbaló dos veces y yo caí al suelo en una ocasión pero me puse 5-0 con tres bolas de set y Rosco de Navidad. Rafa se hablaba a sí mismo y se recriminaba sus golpes fallidos. Y yo atacaba y atacaba metiendo las bolas dentro con mucha velocidad. Además le hice no menos de 30 dejadas ganadoras todas. ¡A Rafa Canto! Con mi 5-0 no conseguí cerrar el set y acabamos 6-2 para mi. Fuimos a por el cuarto set y cuando íbamos 1-1 decidimos, ante el poco tiempo que quedaba y nuevos resbalones, ponernos a pelotear con toda la fuerza que merece una mañana de Nochebuena.
Como siempre, un partidazo por ambas partes y un ambiente ideal de amistad. Lo espero para un nuevo encuentro con la pista seca pero ha empezado mi racha de encuentros ganadores, fruto de haber encontrado, al fin, una raqueta que me va como un guante.
