Es la segunda vez que creo un monstruo del tenis y, casualidad, los dos se llaman Rafa. Esta mañana, con un tiempo primaveral, y la pista de dulce, empezamos jugando un individual. Rafa Canto con su cordaje nuevo y su grip aumentado hizo tres juegos magníficos, mejorando su saque al nivel que ya mismo estará alcanzando. Le gané 6-3 y Rafa se cayó al suelo en un golpe, dejándose media rodilla en tierra: un esguince con su consecuente bulto a los dos minutos.
Pero allí estaba, mirando con los ojos fuera de órbita, Vicente, un jugador del Atlas que ya, semanas antes, nos había pedido integrarse en el Grupo. Lo hicimos pasar y echamos un americano a cara de perro.
Primero Vicente contra Rafa y yo. Ahí le cogimos las vueltas. Hay que machacarle el revés porque el drive y el saque los tiene muy buenos. Le ganamos por 6-4. Y Rafa (que volvió a caerse, esta vez de culo), empezó a calentarse. Luego jugamos Vicente y yo contra Rafa ¡Y NOS METIÓ UN 6-1!. Y al final, aunque yo no debería haber aceptado el reto, convaleciente de mi ciática, jugué (o eso creo), contra ellos dos. La del tigre: me dieron mi primer rosco de la temporada y eso que pienso que no lo hice del todo mal. Pero tropecé con dos pone bolas de mucho cuidado.
Me alegro porque he visto super feliz a Rafa Canto y bien que se lo merece.
El domingo más y el martes que viene, etc., etc., etc.
