jueves, 13 de junio de 2013

SEGUNDA PALIZA DEL DISCÍPULO


36 grados en las Pistas Azules. Suficientes para que Rafa Canto me haya propinado su segunda paliza en dos días. Ha desarrollado un juego perfecto con apenas dos o tres errores. Ha pasado todas las bolas; de vez en cuando incluso les ha pegado a rabiar. Ha sacado bastante bien. En resumen: hoy intratable. Y mientras ¿yo dónde estaba? Desde luego en cualquier otra dimensión menos en la pista. Quiero convencerme de que el calor excesivo me tenía fuera de control, aplanado, sin energía ni coraje alguno para pegarle a la bola como suelo hacer. Anulado, desequilibrado, desmadejado, apabullado, incapaz de moverme a tiempo, ofuscado, perplejo, anonadado. En apenas hora y media, me ha dado la paliza del año, como si yo hubiera vuelto a aquella época en que hasta Teo y Camilo me ganaban con facilidad. Ni un golpe que mereciera la pena. Desastroso en el saque, roto en el revés, alocado en el drive.
No sé si será una racha o que ha llegado la hora de dedicarme al golf o a la petanca.
¡Enhorabuena Rafa Canto! El sábado y el domingo en Mariola. Espero que el aire del mar tonifique mis neuronas y devuelva al estado normal mi buen hacer de hace tan sólo una semana. ¿Estará alguien haciéndome budú de cara al 23 Open de Tenis de Mariola? Habrá que contrarrestarlo.