Dos horas y cuarto sin parar. Humedad en la Pista Azul. Caída de Paco Barral en el segundo juego del primer set sin consecuencias, resbalón de Pocho sin consecuencias. Y claro en ese set nos barrieron del campo de batalla. Si Eliseo jugó de fábula, intratable, sin el menor respeto a los contrarios, mejor lo hizo José. Los dos volearon en la red como si supieran lo que estaban haciendo. Menos mal que conseguí ganar uno de mis saques y nos libramos del rosco en esta fechas. Pero en el segundo la cosa cambió. Ellos iban de sobraos y lo pagaron caro. Nos pusimos 5-5 y, de golpe, al ir a devolver una endiablada y esquinada bola de José, le dí con todas mis fuerzas y la pelotita fue directa a la frente de mi compañero. Menos mal que movió un poco la cabeza y se libró de un pelotazo en las gafas, de consecuencias inimaginables, un milagro. Alto riesgo. Pero les ganamos el set con una puntuación fragmetaria de 6-0; estábamos 5-1 para ellos y terminamos 7-5 para nosotros.
El tercer set, tanto José como Eli estaban enfadados y tuvimos oportunidad en el 3-3, pero la suerte estuvo más con ellos que con nosotros (ya sabéis: bolitas en la red que caen de mala manera, pelotitas cortas, etc., etc., el repertorio completo de putaditas varias).
Al final como nadie vino a quitarnos, echamos un clásico "al mejor de tres" y ganaron ellos a saber cómo.
De todas formas ha sido un partido disputado con infinitos pases de bola entre Barral y José como viene siendo habitual. Echamos de menos a Teo (castigado este domingo por un error administrativo), pero el próximo ya tenemos el encuentro cerrado: José/Eliseo contra Teo/Pocho. Y como Teo llegará con "mono", lo ganaremos...
