lunes, 13 de octubre de 2014

DESASTRE MAÑANERO

Con las pistas llenas de charcos y con unas bolas sin homologar (made Eliseo), la mañana se presentó con nubarrones amenazantes. Así que nos pusimos la primera hora a jugar al padel mientras la pista de tenis se secaba un poco. Nuestra experiencia en la raqueta corta es la siguiente: José (2 partidos), Teo (cero partidos), Eliseo (2 partidos -dice él-), Pocho 2 partidos. O sea nada de nada. Pese a ello, hemos dado el espectáculo en el que todos, menos yo, han jugado como si supieran. Teo superagresivo salvo las bolas por la espalda, a las que ha conseguido dar una sola vez; José más o menos aunque, como a mi, nos faltaba medio metro de raqueta, no obstante ha sido el mejor de la mañana en ambos juegos; Eli bastante seguro, sacando con muy mala leche al borde de las paredes laterales; y yo fatal, sobre todo al agacharme para recoger las bolas.
Luego pasamos al tenis que es lo nuestro. Pero me tocó la esquina con charcos y además Eli sacó unas bolas, cosecha de hace dos años, sin pelo y sin casta conocida y menos peso que las de ping pong. De todas formas nos pusimos 5-2 en el primer set y, a partir de ahí, desaparecimos de la pista.
En mi opinión, que será muy discutible, el partido hay que repetirlo con la pista seca y con bolas de raza Dunlop Fort. Pero seguro que no se atreven.
AVISO: hay una plaza libre para el domingo próximo, para sustituir a Teo. Por favor que se apunte uno que sepa algo de agresividad y control.