Difícil crónica para mí esta vez. Tras varios partidos desesperándome con la raqueta nueva, hoy, tras quitarle los grips que le sobraban y el antivibrador largo, he encontrado su punto dulce. Ahora ya puedo decir que tengo un cañón tanto en el saque, como el drive y en el revés.
Me diréis, sí, eso está muy bien, pero has vuelto a perder contra Rafa Canto. Pues por eso digo que es una crónica difícil. Él puede afirmarlo. Hemos jugado un gran partido los dos. Hemos golpeado bastante bien a la bola. Yo he vuelto a encontrar mi revés cortado en paralelo, imposible de coger y he sacado como para estar orgulloso de la media conseguida. Pero se trata de que enfrente tenía a la versión sevillana de Murray; el homre que llega a todo y lo devuelve todo. Hoy, a su favor, he de decir que al 60% de los golpes le ha dado caña de la dura. El otro 40% ha sido como siempre bolitas arriba ante mis cañonazos. Su comentario ha sido: "te acercas peligrosamente de nuevo". Y creo que es cierto que los dos últimos set los pudimos ganar cualquiera de los dos.
Lo cierto es que me está enseñando a jugar muy duro, arriesgando cada golpe, ante un tenista-pared-de-hormigón que mejora cada día. En lo de correr creo que vamos parejos, con un punto de velocidad él por encima mía. En el próximo lo espero.
Insisto hay dos plazas libres para el próximo domingo.
