Como se acerca la Navidad, Teo y yo hemos sido ecuánimes esta mañana. Yo estrenaba mi nueva raqueta (la quinta de este año), Wilson Blade 98 (16x19) y juro por los dioses romanos e incluso los griegos y macedonios que es un arma de destrucción masiva; tal y como aseguraba la publicidad y los foros de tenis, es un cañon y además una gozada de maniobravilidad y ligereza pese a pesar encordada 320 grm. Bueno, pues eso, que los dos primeros set los barrimos de la pista; todo aciertos tanto de Teo y su agresividad como de mi raqueta. Luego nos dio cierta pena al verles las caritas a José y Paco. Y lo de siempre, nos dejamos ir un poco y el poco se convirtió en un 6-2 para ellos en el tercer set. José jugando a las mil maravillas con su drive y alguna que otra torcida volea. En el cuarto set hubo mucha igualdad; todos calentitos y pegando con fuerza y valor. Lo acabaron ganado ellos por 6-4 con lo que el partido estaba empatado a set, y a tantos. Nos quedaban apenas tres minutos de pista y jugamos al mejor de tres. Teo y yo tuvimos una bola de partido pero ya estaban en la pista los siguientes jugadores, empatamos y finalmente José con un drive a 500 kilómetros horas a poco atraviesa la barriga de Teo y ganan el punto. No el encuentro que era al mejor de tres en ese momento.
Mañana Rafa Canto y yo a cara de perro, pero yo con mi nuevo misil. Hacía mucho tiempo que mis saques no alcanzaban la velocidad de hoy. Le debo la adquisición al buen Eliseo que me la había recomendado tras comprarse él una igual.
El domingo hay DOS PLAZAS LIBRES. Por órden de caida, como siempre.
