jueves, 25 de abril de 2013

EN ÉPOCA DE CRISIS, HASTA SOÑAR ES CARO


Hoy, por fin, tras tres semanas padeciendo una infección de garganta con tos rabiosa y alguna fiebre, sin haber terminado aún el tratamiento con antibióticos, Rafa Canto y yo (el convaleciente), quedamos citados a las 12:00 en las Pistas Azules (una hora de máximo calor digna del Torneo Godó). Habíamos quedado en un peloteo de una hora pero cuando llevábamos quince minutos, como era lógico, decidimos jugarnos un partidos en serio. He de reconocer dos cosas: que Rafa está muy entrenado y que mis nuevas raquetas con 27/28 de tensión me resultaron absolutamente desconocidas. Ahora he de pegarle a la bola casi con la fuerza de un Nadal para que haga daño y además he de coger la pelota justo en el centro de la raqueta. Eso sí, cuando lo hago, lo que sale de mis Babolat Aero Pro Lite es un cañón del 17, incogible incluso para un Rafa Canto que lo coge todo. La prueba es que me ha vuelto a ganar un set 6-4 y el segundo tuvimos que dejarlo en 5-5 porque él tenía cosas que hacer.
Mañana estaremos en las Pistas a las 9:00 y espero no extrañar la raqueta después de lo hoy. Es como si le pegara con una tabla, pero la ventaja es que no se van de largo. Tengo tiempo hasta el verano para hacerme con ellas. Rafa magnífico aunque me comenta que los Mariolos (algunos: Teo, Rafa...) no se creen los avances que estamos haciendo. Eso es bueno.
Mañana más.