¡Vaya partido! Esta mañana llegué a la pista tras arrastrar toda la semana una buena bronquitis que aún sigue conmigo. Pero como iba a jugar contra un médico, no le di mucha importancia. Lo cierto es que Rafa Canto cada día me conoce mejor y que medio encuentro me lo pasé buscando aire en mis pulmones para combatir sus peligrosas devoluciones. Todo lo devuelve y esta mañana le ha pegado a rabiar. El primer set lo vi pasar. Jugó muy bien y nada pude hacer por evitar la pérdida. Me hizo dos aces. En el segundo, mis pulmones me respondieron mejor y le coloqué un 6-2 intentando fallar lo menos posible, o sea, nada. Pero en el tercero, el esfuerzo y mi cansancio se hicieron patentes. Se puso 4-0, luego conseguí hacerle un punto (4-1). Sólo pensaba en cómo darle la vuelta a la situación. Me acordé de mi admirado Fede y sus consejos: "jamás pierdas un partido cuando vayas abajo 4-1" y empecé a jugarle de forma diferente. Siete u ocho bolas mías dieron el la parte alta de la red y pasaron. Le hice siete u ocho dejadas casi consecutivas y fui a por todas y a meterlas todas. Al final me alcé con la victoria, tras empatarle 5-5.
Dos horas canallescas con los pulmones a tope como una máquina de vapor del siglo XIX. Y a Rafa lo veía cada vez más colorado. ¿Cómo sería la cosa?, que es la primera vez, en nuestros partidos, que al terminar se sentó en el banco y me dijo: "me dan ganas de quedarme aquí sentado un buen rato, respirando"-
Una maravilla de mañana. La bronquitis no se me ha curado pero tengo la memoria RAM llena de imágenes magníficas. ¡Qué forma de golpear la bola!
