Diez años de diferencia. Primer encuentro entre Antonio Carvajal y yo. Gran partido por parte de ambos. Pegándole duro y corriendo a todas las bolas. Empecé frío como ya es habitual en mí. Además peloteamos muy poco. En el segundo set metí una marcha más y me puse 4-1. Pero Antonio devuelve mucha bola y muy fuerte. Además su saque, pese a sus clásicas 4 ó 5 dobles faltas, viene con mucha velocidad y bota muy alto lo que a mi escasa altura le molesta bastante. En el tercer set aumenté la fuerza de los golpes y del saque y pude ganarlo 5-3. No teníamos más tiempo porque imagino que podíamos ambos haber seguido cinco set más pese al calor. Le hice al menos seis o siete dejadas perfectas y, en resumen, creo que ambos hemos jugado a un buen nivel con puntos que han durado más de diez minutos en bastantes ocasiones. Mucho intercambio y algunos golpes ganadores por ambas partes, dignos de mención.
Tendrá que darme la revancha pronto. Y este verano en Mariola podremos disfrutar de buenos individuales entre los dos. De todas formas, diez años menos. Cuando él nació yo ya tenía novia y a las pruebas me remito.
Mi boda con siete años, en Melilla, con Mary Carmen Muñoz, mi vecina de la calle Álvaro de Bazán. Me pusieron la gorra de capitán de Regulares 2 de mi padre, la franja roja y el sable. Imagino que ya presagiaba un batallador nato.
