Gran partido hoy, jueves de Feria de Sevilla, con docenas de espectadores de la Escuela de Tenis Atlas, niñas y niños de entre siete y catorce años que querían ver a Nadal y Djokovic en nuestra pista. Esta vez Rafa Canto puso las bolas contra mi costumbre. Y claro, lo noté; eran las famosas Roland Garros que pesan algo menos que las Dunlop Fort. El primer set Rafa estuvo incontestable marcando unos paralelos y unos saques que distan mucho de ser los habituales en él. Se nota que está entrenando con figuras de Alto Rendimiento, tanto en Las Azules como en Mariola Beach. Nada que objetar, lo ganó por un amplio 6-2. En el segundo la cosa siguió la misma tónica. No me encontraba en la pista y sus golpes eran cada vez más precisos a parte de devolverlo todo, todo. Se puso 4-1. Y aqui fue donde Pocho arrancó el segundo motor y conseguí ganar el set por 6-4. Veinte años de diferencia para que quieran abusar de la Tercera Edad. ¡Vamos hombre! Ahora sí estaban las cosas en su sitio. ¿Cuál era mi error? No pegarle suficientemente fuerte a la bola, llegar tarde, cabrearme conmigo mismo. Así alcanzamos las 11:30 y el Sol empezaba a ser implacable. Escusas vanas. En el tercer set me puse 5-2 y hasta ahí llegué. Resultado final 5-5. Los dos teníamos prisa. A él lo esperaba el fontanero en casa y a mi me esperaba May con el bate de beisbol detrás de la puerta para hacerle unos recados a Sara y Alejandro antes de ir a por Rosita a la Guarde. Abuelo a tiempo completo.
Hemos quedado para el martes y esta vez las bolas las pongo yo!!!!!!
