lunes, 21 de enero de 2013

DURO ENTRENAMIENTO, DURÍSIMO


Hoy fuimos a jugar a las Nuevas Pistas Azules y las encontramos completamente encharcadas (las doce pistas), además no nos dejaron ni pelotear. Así que nos fuimos a las Pistas Azules de siempre. Allí, aunque estaban húmedas, Antonio el cuidador nos barrió los charcos y pudimos pelotear. Al menos esa era nuestra intención. El peloteo se convirtió en una entrenamiento de Alto Rendimiento. Dos horas de derechas a lo que daba el brazo y de revés a 150 kilómetros por hora, sin parar, sin beber, sin descansar. Rafa Canto quería entrenar el drive y lo ha entrenado a base de enviarle cien mil bolas a ese lado. Agotador. Cuando llevábamos casi dos horas, Rafa quiso jugar un set con las pistas totalmente secas y el sol sobre las cabezas. Lo que no pensó es que yo, tras dos horas de entrenamiento, soy una máquina. Le gané por 6-1 y el uno fue porque hice un extraño cambio de raqueta. Había jugado todo el tiempo con la HEAD que José me trajo de Boston hace tres años. Magnífica. Luego quise coger mi Babolat y noté de inmediato los 150 gramos de más. Regresé a la HEAD y fui un torbellino con un Rafa ya cansado. ¡Estos jóvenes!
Pero ha sido una mañana muy útil y creo que mi amigo Rafa Canto ha progresado aún más. Y yo me he convencido de la fidelidad a las Clásicas Pistas Azules cuando no están húmedas entre otras cosas, porque, salvo el color, son idénticas a las de mi Mariola querida.