Hoy, con un nubladito sofocante, tras cumplir José sus deberes paternales con Rosita y Alejandro, hemos echado un individual a cara de yerno, con tintes bien definidos de entrenamiento ante el fragor que se avecina en el 24 Open de Tenis Mariola Playa. Duro entrenamiento para ambos ya que ayer se me quejaba de la debilidad última de su revés y he procurado que hoy pudiera lanzarme infinitos de ellos. Y reconozco que le ha dado más que bien; alguno que otro de profesional, en carrera y con una fuerza y efecto endiablado. Con el drive también ha estado aceptable desde el fondo de la pista. Cada día lista más y con más fuerza la bola. Luego falla en las bolas cortas porque quiere imitar a Federer y, para eso, aún es pronto. Pero se ha permitido hacerme alguna que otra dejada que le he aplaudido con fervor de suegro y maestro. Con el saque ha estado como acostumbra. Me ha hecho dos aces incogibles. Pero lo importante es que me ha hecho caso pasando muchas bolas lo que me obligaba a mi a un verdadero esfuerzo de resistencia y a colocárselas de nuevo para que pudiera pegarle a placer. Por eso digo que ha sido un entrenamiento duro para los dos.
A punto ha estado de ganarme también el cuarto set aunque de ninguna manera se lo iba a permitir, que éstos alumnos luego se suben a las barbas y uno va ya cuesta abajo.
En resumen: estoy contento del partido que ha jugado y creo que, de cara al inminente Julio y Agosto, puede ser un rival digno por encima de Rafa Canto, de Eduardo, de Juan Martín, de Teo y algunos más que no se lo esperan.
